Sunday, March 11, 2007

!Anticiparse!

Gabriel Castillo,(premio Nacional de Ciencias de la Educación y además mentor y sayamán mío jajajaja) en su libro “Educación de anticipación” establece que la Educación es un proceso de ANTICIPACION, es decir plantea que el Educar cobra sentido ,solamente si cuando educamos somos capaces de anticiparnos a lo que esperamos…

Reflexionando en la última frase, podemos decir que el sólo leerla parece una verdadera utopía, porque en la sociedad en que estamos insertos, esperar resulta casi ilógico y además tener la capacidad de anticiparnos a eso que esperamos cuando ni siquiera vemos su sombra es casi un masoquismo, porque estamos insertos en la era de lo inmediato (café instantáneo, comida en menos de 2 segundos, mail de un país a otro en sólo instantes, etc )

Pese a lo descrito anteriormente, al parecer ,para el autor esperar es bueno y anticiparnos a eso que anhelamos parecer ser aún mejor. ¿Y por qué resultará tan beneficioso?, la respuesta la encontramos cuando Castillo plantea que el anticiparse es definitivamente tener ESPERANZA, es decir:

· es amar lo que esperamos aunque no lo veamos
· es luchar por lo que esperamos porque sabremos que lo tendremos cuando sea el tiempo perfecto,
· es no sólo creer en el ahora que vemos (que de pronto parece de lo mas desalentador), sino también llevar nuestra mirada hacia delante y descansar en las sorpresas futuras que tendremos…por muy lejanas que estas parezcan.
· Es no dejar de creer

En definitiva el anticiparse, tener esperanza y esperar son, a mi juicio, sinónimos de ¡TENER FÉ! , porque cuando tenemos la certeza de lo que esperamos, y la convicción de lo que no vemos, claro que nuestro corazón resulta reconfortado, porque confiamos que lo que ha de venir vendrá, porque creemos que la espera es el tiempo en que el Señor está elaborando esos regalos que esperamos y que aún en ese tiempo de invisibilidad Él tiene su mirada sobre nosotros y cuida de todo nuestro ser.

En estos días, relfexionaba y mediataba en que:

· ¿Que habría sido de Abraham, si no habría tenido esperanza, no se hubiera anticipado y no hubiera pensado que esa tierra que ni siquiera había divisado sí la iba a encontrar?

· ¿Qué habría sido de Moisés (y del pueblo de Israel) si él no se hubiera anticipado, no hubiera tenido esperanza y no va tras esa tierra que sólo era prometida pero que jamás había visto?

· ¿Qué habría sido de esa mujer con el flujo de sangre, si no se anticipa y no tiene la esperanza de que pese a lo enferma que estaba y a la tremenda multitud que había sí iba a tocar el manto del Maestro?

· ¿Qué habría sido de la mujer Samaritana si Jesús no se anticipa, no tiene esperanza en ella y no se acerca para darle agua?

La verdad es que, si lo anterior no habría sucedido no habría existido libertad, sanidad ni salvación para estos grandes personajes de la Biblia. Por lo tanto, podemos deducir que anticiparnos con nuestras manos extendidas a lo que vamos a recibir del Padre y ser esperanzados por el Él ¡es lo mejor que podemos hacer!

Debo por último confesarles que en verdad, aún espero muchas cosas que ni siquiera veo (¡que difícil verdad!), pero últimamente Papá ha concedido anhelos de mi corazón, de los cuales estuve esperanzada mucho tiempo en recibirlo pero ¡que ahora los puedo palpar!. Por esa razón, doy gracias a Él porque en el tiempo de espera él fue mi anticipación y mi esperanza ¡y lo será por siempre!